Eran dos hermosos meses de verse todos los días y tirarse besos a través de la pantalla de sus computadores, teniendo una relación de amor demasiado linda y perfecta. Y compartían el mismo continente, pero era muy lejana la distancia.
Y él, en un extremo del mundo, un ser oscuro, que ama de a ratos y por otros se aburre, ser que ama aveces a mas de una persona, ser que se enamora de personajes ficticios de las películas, ser que casi no siente y que daña sin compasión... si, un ser de la tragedia, casi sádica su personalidad. Pero pues, no podía evitarlo... así era su vida: un electrocardiograma anímico... ¿bipolar? puf, esa etiqueta le quedaba corta.
Luego de tener muchas charlas cursis y melosas con su amado que era pura bondad y cariño, un día de esos tomó una daga y no tuvo ningún temor al decir las palabras... "ya no te amo mas".
Y aunque para él fue muy fácil... su amor bondadoso se retorcía como un gusano al otro lado del mundo, su corazón se volvió una lluvia de cristales rotos esparcidos en el suelo, lagrimas que eran casi lluvia caían sobre el rostro de su amado sin parar. Vagamente él se despedía sin culpa, mas su amado lo hacía agitado de la angustia casi no queriéndolo hacer, con una mano en su pecho intentando detener la hemorragia que no paraba de fluir.
¿Que hacía esa alma negra?, ¿no vio acaso que su amor se moría al otro lado?, ¿tan ciego y egoísta era?, ¿tan vacío era su corazón?, ¿tan fría y oscura era su alma?. Y pues parece que lo era... es aún hoy, un hielo rígido y helado.
Ni siquiera imaginó la tormenta que sufría su amado, como se consumía al ser devastado por aquél que no tiene sentimiento alguno y sin previo aviso aventó un cuchillo sobre su pecho.
Él, el egoísta frío y oscuro, luego de terminar el acto horroroso sobre su amado, se recostó sobre su cama con total tranquilidad para dormir y soñó con él, con su victima... allí podía verlo, herido, atormentado, con un rostro opaco y pálido casi al punto del suicidio... debo decir que su sueño era casi un espejo de la realidad.
Si, hielo era el pobrecito... pero pasaban los días y el corazón reclamaba lo que su mente perversa había hecho... era un mar de contradicciones su cabeza. Y pues sí, lo extrañaba demasiado y le era inevitable mirar sus fotos y recordarlo tan tierno como era.... y pensaba en como hizo lo que hizo, no podía creer su punto de crueldad, tal vez -pensaba- era una especie de reencarnación del demonio. Que espantoso error había cometido, y ya no tenía vuelta atrás.
Era extraño, ya que como hielo lo apuñaló y ahora se volvía agua en su ausencia... y sus días eran solo llantos y lamentos, nada podía quitar su amargura. Ni siquiera tenía valor para terminar con su vida, era así de oscuro para pensarlo y cobarde para hacerlo.
Su vida no tenía sentido, no volvería a amar jamás... pues como ángel de la tragedia solo servía para conquistar y luego matar. Ya debía terminar con eso... y solo acabaría dejando de amar.
Pasaron los días... cada uno mas amargo que el anterior... y pasaron.... y pasaron...
Ya pues, su amor vuelve mucho tiempo después, como enamorado y tierno que es... queriendo saber de él, de su vida, sintiendo curiosidad de que tan feliz se encuentra, extrañándolo vuelve moribundo a entablar cariñoso diálogo con el asesino de su corazón. Y aclara ya no querer amarlo, ya no más.. ya no quiere ser lastimado por el ángel maligno que trató de matarlo una vez. Pero afirma, que aunque teme su amor, lo quiere mucho a él... y no quiere perderlo, y ahora planifica una amistad, con ese ser horrendo y sin alma que solo pidió disculpas y ahora dice amarlo eternamente... casi como jugando, pero dice ahora ser verdad.
Ese ser oscuro sembró la maldad, y ahora su amado teme volver a enamorarse. Y pues, aunque sea mucho el arrepentimiento, ya está hecho y el miedo será muy difícil de sanar.
Es pues un cuento de bondad y tragedia... y aunque eran personas distintas, con tal antagonismo, ambas se pudieron enamorar.
Nada más puro, que un ser que quiere... aún al que le hace daño.
Y pues, así es el amor, tan puro, que te hace amar hasta a la más horrenda persona al otro lado del mundo.
Y pues, así es el amor, tan puro, que te hace amar hasta a la más horrenda persona al otro lado del mundo.